Dichoso aquel
    cuyo pecado el Señor no le toma en cuenta,
    y en cuyo espíritu no hay engaño.

Mientras guardé silencio,
    mis huesos se fueron consumiendo
    por mi gemir de todo el día.
Mi fuerza se fue debilitando
    como al calor del verano,
porque día y noche
    tu mano pesaba sobre mí. Selah

Read full chapter

Bible Gateway Recommends